Este artículo está dedicado tanto a mis alumnos como a mis pacientes, para que puedan ver ese pedacito de historia que me enamoró y linkearlo a su proceso terapéutico o complementar nuestros estudios actuales.
No es solo un dato curioso: es una clave para comprender desde dónde nacen muchas de las terapias que hoy llamamos "integrales".
¿Sabías que la psicología era originalmente el estudio del alma?
La palabra psicología proviene del griego psykhé (alma) y logía (estudio). Es decir, literalmente significa: estudio del alma. Lejos de ser una ciencia exacta, la psicología nació como una rama de la filosofía, profundamente interesada en el alma humana, el sentido de la vida y la experiencia subjetiva del sufrimiento.
A su vez, filosofía significa philo (amor) + sophía (sabiduría): amor por la sabiduría. Ambas disciplinas estuvieron unidas durante siglos, enfocadas en explorar el mundo interior desde una mirada ética, emocional y existencial.
La visión ancestral del alma
En la Antigua Grecia, el alma no era una metáfora: era una realidad sagrada y compleja. Filósofos como Platón creían que el alma era eterna, y que la vida era un viaje de regreso a su origen.
En su obra El Fedón, Platón plantea que conocer no es aprender, sino recordar lo que el alma ya sabe desde antes de nacer.
Para él, filosofar era aprender a morir: es decir, a soltar lo mundano y reconectar con la verdad profunda del ser.
Esta idea marcó fuertemente los orígenes del pensamiento occidental y se mantuvo viva durante siglos en escuelas filosóficas, religiosas y terapéuticas.
Que pasó después?
Con el tiempo, especialmente a partir del siglo XVII con el avance del pensamiento científico, la psicología fue alejándose de su raíz espiritual y filosófica.
El alma se volvió una idea “no comprobable”, y fue progresivamente reemplazada por conceptos más observables: la conducta, los procesos mentales, el cerebro, etc.
Cuando nace la psicología como ciencia (a fines del siglo XIX), se formaliza como un campo de estudio de lo observable.
Sin embargo, muchas de las preguntas esenciales —¿quién soy?, ¿por qué sufro?, ¿cómo sanar desde lo profundo?— quedaron fuera del paradigma científico tradicional.
El regreso de lo olvidado: la integración cuerpo-mente-alma
En los últimos 50 años, con el auge de la psicología humanista, transpersonal e integrativa, muchos profesionales comenzaron a recuperar estas preguntas quizás sin siquiera saber todo este origen del que te estoy contando.
La terapia dejó de centrarse solo en los síntomas para volver a mirar la historia del alma, el trauma, la espiritualidad y la dimensión existencial del sufrimiento.
Acá es donde muchas de las terapias que hoy utilizamos —como la bio descodificación, la terapia de reprocesamiento de trauma, la hipnosis clinica o incluso la homeopatía— encuentran su razón de ser.
> Antes de que existieran los diagnósticos, ya existía el alma preguntándose por qué duele.
Me di cuenta que la medicina, tanto la homeopatía como la terapia floral, creada por el De. Bach, trabajan desde una visión vibracional y energética del ser humano.
No se enfocan en "combatir" el síntoma, sino en comprenderlo como un mensaje del alma, de las emlciones o del inconsciente que busca volver al equilibrio.
De hecho creen ambas corrientes, que la enfermedad o el síntoma es un desequilibrio de la ENERGIA VITAL.
En el caso de la terapia floral, el Dr. Edward Bach — médico y filósofo inglés del siglo XX— creía que detrás de toda enfermedad hay un conflicto emocional no resuelto.
Sus esencias florales fueron creadas para restaurar la armonía emocional, con el objetivo de prevenir o acompañar la sanación física.
Ambos enfoques nos invitan a escuchar al cuerpo como un lenguaje simbólico y a recuperar la conexión con una sabiduría interior, intuitiva y amorosa.
Una invitación a mirar con otros ojos
Si alguna vez te dijeron que las terapias integrales no son “científicas” ( yo también pensaba eso ) o que lo emocional y lo espiritual están separados.... este recorrido te demuestra que no todo lo valioso necesita estar medido para tener sentido.
En la integridad está el espacio para estar mejor, comprender y gestionar lo que hoy estás transitando.
Gracias por estar acá, leyendo y reflexionando conmigo, todas las partes que voy conectando, y lo que amo de mí trabajo desde que soy estudiante.
Todo este conocimiento siento, que es infinito, pero una forma de procesarlo, unirlo es ponerlo en palabras; para que vos también puedas analizarlo, sacar tus conclusiones, y sepas elegir con sabiduría.
Si este artículo te gusto, te invito a seguir explorando el enfoque integral que guío en mis sesiones, formaciones y espacios terapéuticos.
- Nazarena Loureiro